El resonar del bucio (y un feliz cumpleaños).

Hoy, la rueca se sigue haciendo mayor y cumple dos años. Como siempre, creo que la mejor manera de celebrarlo es con un nuevo relato, dedicado a mi abuelo, y a todos los que para bien o para mal me hacen resonar y me ayudan a crear mis historias. 
Gracias a todos por seguir ahí siempre y por saber esperar entre cuento y cuento.
Aurora. 



El resonar del bucio
El abuelo siempre dormía con una caracola sobre la mesilla de noche. Se la regaló su padre el día que partió al viejo continente para ocupar un puesto en una de las minas de fosfato, con la promesa de que soplara por uno de los extremos cada vez que lo echara de menos y él, atento a la señal y a pesar de los kilómetros, le devolvería el estruendoso mugido con otra caracola. Al instrumento lo llamaban bucio y aunque yo pensaba que solo servía para oír el mar, el abuelo me enseñó sus otras utilidades. Decía que era mágico y fue en las noches frías bajo las faldas de Tibesti donde comprobó el poder. Para verlo bastaba con pensar en algún recuerdo mientras lo hacías sonar e instantáneamente la imagen se proyectaría en las nubes.
Cuando dejó de tener memoria para soplarlo, yo empecé hacerlo por él. Mis imágenes nunca fueron tan potentes y lo único que conseguía era que de sus orificios saliera un colorido líquido viscoso.
El día que el abuelo murió, mi cuerpo despertó frío y con lluvia. Después de su entierro caminé hasta nuestra montaña favorita, y con el bucio en la mano soplé con todas mis fuerzas. El sonido se alargó por toda la ladera hasta mezclarse con el cielo, y entonces, ocurrió que volví a ver al abuelo poniendo barquitos de pan en la sopa, cortando las malas hierbas, afeitándose en la vieja palangana. Siempre mirándome, siempre reconociéndome.



  

3 comentarios:

  1. ¡Muy feliz cumpleaños! Te deseamos que cumplas muchos más y nos sigas regalando magníficos relatos como este.

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  2. Bellísimo, entrañable, y cariñoso relato, son de esos que te dejan una amplia sonrisa, teñida de nostalgia.
    Muchas felicidades por tu segundo cumple blog, espero sigas regalándonos tus letras...
    Abrazos desde mi mar,

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  3. Precioso relato, Érika. Que sigas así de imaginativa muuuuuuuuchos años. Un besico y ¡muchas felicidades!

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